1. Oración en pareja y con nuestra hija.
2. Acompañamiento psicológico (a través de una acción de tutela logramos la atención a todo el grupo familiar)
3. Acompañamiento espiritual (recibimos el apoyo de un pastor de la Iglesia Luterana)
4. Realizar un ritual de despedida de nuestros seres queridos
5. Buscamos un espacio de encuentro familiar retirados de la ciudad al aire libre para reconstruirnos como familia con actividades como elaboración de mandálas y un taller de la contemplación.
6. Escribir y compartir nuestra historia con otros para que no vuelva a ocurrir.
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